martes, mayo 25, 2004

LAS LLAVES DEL VOLVO BAJO LA ALMOHADA

El frío cede y me revuelvo bajo las sábanas del depto 15; los autos, el tranvía y las motonetas a gran velocidad cruzan la vía Cresenzo. El sonido de un saxo me despierta y ella no está en cama, escucho que prende la tv y algo dicen en Italiano acerca de Irak. Ella trae una bata de seda y el contorno de sus senos se pierden, solo los pezones erectos se "traslucen". Siguen los motores rugiendo, el saxo, los gritos; creo explotó una "nave" de la NASA, no le tomo importancia, yo he explotado  más veces y aún sigo con la esperanza de amanecer con “alguien”, despojarla de esa bata u otra, y llenar la tina con agua casi hirviendo. Doce grados centígrados y no pasa nada. Sigue con la bata y yo con las llaves del Volvo bajo la almohada.

Es italiana, de descendencia Argentina, llevo dos días en su departamento, me he bebido su tinto y ni siquiera hemos tenido sexo, solo dormimos juntos, ella, cae rendida; yo he dejado a mis padres en Florencia, se quedarán esta noche y mañana por la tarde iré por ellos.  Realmente no se que hago yo en este piso. El lugar es agradable, tiene una gran cava de vinos y la pasta le queda muy bien. La conocí en el vuelo Madrid-Roma, hablamos sobre  Dario Argento y sus películas; y al bajar del avión me dejó su teléfono y dirección. Se llama Andrea y dice estar aburrida de los hombres. ----Solo me buscan para follar------- me dice. Cómo sabe que yo no la busco para lo mismo; independientemente de que yo soy “un hombre de senos”, los suyos me agradan, pero no tengo ganas de pensar en “amor, sexo o  ambos”…  Es hora de cubrirme con las sábanas y esperar a que ella apague la luz y deje su libro debajo de la cama…

Me ha llamado esta noche hasta Madrid, por supuesto Andrea ya no está ahora, se quedó en Roma, en su piso de la vía Cresenzo. Y no importa, yo sigo teniendo un "enorme" Volvo que alcanza los 260 km. Dice mi padre que estoy loco, que manejo como si quisiera matarme. No lo había pensado de esa forma, solo el conducir rápido hace que olvide que pronto tengo que regresar a la ciudad de México y volver a intentar hacer lo de siempre... "escribir" y beber. La llamada era de Laura, quería reclamarme y preguntarme si había tenido sexo con mi ex-mujer. Parece que Laura se ha desquiciado,  qué le sucede, toda la tranquilidad que he conseguido en esta ciudad ella me la ha quitado. Lamento haberme involucrado con ella, pero es mi responsabilidad. Me reclama también por seguir queriendo "a esa mujer".

-----Mierda, cuál mujer------ le pregunto.
------A ella, siempre dices cosas sobre ella, -----
------No se que dequién hablas
-----Cómo se llame, a mi no me llamas, no me escribes no me has enviado mi perfume de Paris
-----Merde, solo eso te importa, Laura, mejor cuelga, te saldrá cara la llamada y me has hartado
-----No la pago yo, estoy en la oficina. Seguro estas borracho...

Por fin colgó; y esta noche dormiré tranquilo, no he escrito poemas ni historias; pero mañana, seguro, Laura estará "contenta" por lo que ha escuchado. Y yo, como en estos días, bajaré al garage y cuidaré de no darle ni un rasguño al gran Volvo azul. Espero que Laura no  aparezca más en mi vida 

Aznar sigue diciendo barbaridades en la tv, la cerveza se termina y ya desde hace varios días, al amanecer no escucho:  "bonjorno".

El vuelo de regreso a México  fue menos pesado, el vodka tonic aminoró “el fastidio” de esos vuelos largísimos. Doce horas, el vuelo retrasado y el saber que llegando hay que recoger 8 maletas, pasar por la aduana y esperar a que el tráfico del df sea lo menos complicado, hacen casi un martirio ir sentado en ese pequeño espacio. Las películas de los aviones suelen ser malísimas, “hits” hollywoodenses o estúpidas tramas que caen en lo patético.  La primera fue una cinta francesa sobre un tipo parecido a bruce willys (lo único rescatable de él, es su “atropellada” actuación en pulp fiction) que se convertía en un héroe; la segunda, Al pacino interpreta a un director de cine italiano que engaña al público haciendo sus películas mediante modelos tridimensionales en una computadora. Cuando después del segundo tonic había contemplado dormir, apareció Amelie.  Meses antes ya la había visto, Aide y yo decidimos ver Amelie. Creo también estaba “intimidad” y “happy togheter” (dos muy buenas películas), pero entramos a ver Amelie. Antes de entrar a la sala Aide me compró chocolates y dulces, ella “como siempre” sus palomitas y un montón de cosas. Y la película, divertida y bastante buena, pero lo mejor me esperaba al siguiente día. Aide, dura, con su -----Búscate un trabajo...  eres incapaz de mantener una plática con "gente extraña"... con su... y eso que ya no bebes------ Amelie “quedó olvidada” y las facciones de Aide eran de “vete a la mierda Juan”…

Dormí gran parte del vuelo, en los altavoces decían que pronto llegaríamos a la Ciudad de México, sacudí mi ropa y moronas de pan volaron hacía el tipo de mi lado izquierdo, busqué en las bolsas de mi pantalón y solo estaban las llaves de casa, las del vovo espero no haberlas dejado bajo la almohada.

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